agosto 02, 2012

El farol de mi puerta

Las puertas abren, cierran, se emparejan, nos ven desfilar, tienen adornitos, respingan ante el toque de alguien que arriva, son la clave para encontrar la entrada, bien situadas sirven de alcahuetas para echar novio, en fin, en una vuelta que regaló el tiempo por el bajío de nuestro México me encontré estas puertas que son un reflejo de la época, del gusto, del poder, de las necesidades, del ambiente y de que como siempre y en todo: hay una entradas y salidas y a veces se presentan por la misma vía.
Pero este pasado Julio le encontré otra funcionalidad a mi puerta de madera, que sirvió como mesa de arte para draftear a mis anchas con crayola en mano, (regresada de la naturaleza y repleta de la fuerza del campo y la gente que trabaja para vivir y vive para trabajar) en pro de retomar el proyecto que cuenta la historia de una niña, como yo, junto a  su farol que es  su fuente de luz y el transportador de mundos.


Aquí están las puertas y las panorámicas de la mesa de trabajo en guerra, que es lo más divertido.












 Para el catálogo de ilustradores 32 de la FILIJ, el cuál no gané, pero me regalé la oportunidad de conocer a estos oníricos amigos encantadores.










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